Ataques de Oslo y Utøya de 2011
El atacante
Breivik, el noruego de 32 años acusado de ejecutar los dos ataques, no tenía antecedentes penales. Participa activamente en sitios web neonazis y antiislámicos; sin embargo, no ha demostrado propensión a la retórica violenta. Después de su arresto, se encontró en línea un manifiesto de 1.500 páginas atribuido a «Andrew Berwick», una anglificación del nombre de Breivik. Titulado 2083: Una Declaración de Independencia Europea, el tratado tomó en gran medida del manifiesto antitecnológico emitido por Ted Kaczynski (el llamado Unabomber, que llevó a cabo una campaña de bombardeos de 17 años en los Estados Unidos), y estaba lleno de lenguaje e imágenes antiislámicas que evocaban las Cruzadas y la orden militar religiosa Templaria. También detallaba los preparativos diarios que Breivik había hecho antes de los ataques. Pasó varios años acumulando los fondos para financiar lo que llamó su «operación de martirio», y alquiló una granja aislada en el este de Noruega, lo que hizo que su compra de varias toneladas de fertilizante en las semanas anteriores a la explosión pareciera menos sospechosa. El fertilizante de nitrato de amonio se puede combinar con aceite combustible para crear un poderoso dispositivo explosivo improvisado.
Afirmando que el Partido Laborista no había logrado evitar la invasión del «marxismo cultural» (un término peyorativo para el multiculturalismo) y una «toma de posesión musulmana», Breivik trató de precipitar una revuelta armada. Su ataque al campamento juvenil del Partido Laborista fue diseñado para limitar la capacidad del partido para reclutar en el futuro, y tenía la intención de atacar al ex primer ministro laborista Gro Harlem Brundtland, quien pronunció un discurso en Utøya pocas horas antes de la masacre.
Aunque Breivik admitió tanto el atentado en Oslo como los tiroteos en Utøya, se declaró inocente de los cargos penales que se le imputaron. En noviembre de 2011, psiquiatras designados por la corte concluyeron que Breivik sufría de esquizofrenia paranoide. A second court-ordered examination determined that Breivik was sane at the time of the attacks, and the trial was allowed to proceed, with the ultimate decision on his sanity left to the trial judges. En agosto de 2012, el tribunal dictaminó que Breivik estaba cuerdo en el momento de los ataques, y recibió la sentencia máxima de 21 años de prisión. Si, al final de ese tiempo, Breivik continuara constituyendo un peligro para la sociedad, se podrían agregar períodos adicionales de cinco años.Michael Ray
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