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¿El temperamento está determinado por la genética?

El temperamento incluye rasgos de comportamiento como la sociabilidad (extrovertida o tímida), la emotividad (fácil o rápida de reaccionar), el nivel de actividad (alta o baja energía), el nivel de atención (concentrado o fácilmente distraído) y la persistencia (determinado o fácilmente desalentado). Estos ejemplos representan un espectro de características comunes, cada una de las cuales puede ser ventajosa en determinadas circunstancias. El temperamento permanece bastante constante, particularmente a lo largo de la edad adulta.

Temperamentos similares dentro de una familia pueden atribuirse a la genética compartida y al entorno en el que se cría a un individuo. Los estudios de gemelos idénticos (que comparten el 100 por ciento de su ADN) y sus hermanos no gemelos (que comparten alrededor del 50 por ciento de su ADN) muestran que la genética juega un papel importante. Los gemelos idénticos suelen tener temperamentos muy similares en comparación con sus otros hermanos. Incluso los gemelos idénticos que se criaron separados el uno del otro en hogares separados comparten tales rasgos.

Los científicos estiman que del 20 al 60 por ciento del temperamento está determinado por la genética. El temperamento, sin embargo, no tiene un patrón claro de herencia y no hay genes específicos que confieran rasgos temperamentales específicos. En cambio, muchas (quizás miles) variaciones genéticas comunes (polimorfismos) se combinan para influir en las características individuales del temperamento. Otras modificaciones del ADN que no alteran las secuencias de ADN (cambios epigenéticos) también probablemente contribuyen al temperamento.

Grandes estudios han identificado varios genes que desempeñan un papel en el temperamento. Muchos de estos genes participan en la comunicación entre las células del cerebro. Ciertas variaciones genéticas pueden contribuir a rasgos particulares relacionados con el temperamento. Por ejemplo, las variantes en los genes DRD2 y DRD4 se han relacionado con el deseo de buscar nuevas experiencias, y las variantes del gen KATNAL2 se asocian con la autodisciplina y el cuidado. Las variantes que afectan a los genes PCDH15 y WSCD2 están asociadas con la sociabilidad, mientras que algunas variantes del gen MAOA pueden estar vinculadas a la introversión, particularmente en ciertos entornos. Variantes en varios genes, como SLC6A4, AGBL2, BAIAP2, CELF4, L3MBTL2, LINGO2, XKR6, ZC3H7B, OLFM4, MEF2C y TMEM161B contribuyen a la ansiedad o la depresión.

Los factores ambientales también juegan un papel en el temperamento al influir en la actividad de los genes. En los niños criados en un entorno adverso (como el de abuso y violencia infantil), los genes que aumentan el riesgo de tener características impulsivas de temperamento pueden activarse (activarse). Sin embargo, un niño que crece en un ambiente positivo (por ejemplo, un hogar seguro y amoroso) puede tener un temperamento más tranquilo, en parte porque se activa un conjunto diferente de genes

Artículos de revistas científicas para lectura adicional

Bratko D, Butković A, Vukasović T. Heredabilidad de la personalidad. Temas Psicológicos, 26 (2017), 1, 1-24.Manuck SB, McCaffery JM. Interacción gen-ambiente. Annu Rev Psychol. 2014;65:41-70. doi: 10.1146 / annurev-psych-010213-115100. PubMed: 24405358

Power RA, Pluess M. Estimaciones de heredabilidad de los cinco rasgos de personalidad basados en variantes genéticas comunes. Psiquiatría Traslacional (2015) 5, e604; doi: 10.1038 / tp.2015.96; publicado en línea el 14 de julio de 2015. PubMed: 26171985 PubMed Central: PMC5068715