[Hepatitis en perros; una revisión]
Al igual que con la mayoría de las enfermedades hepáticas, los síntomas de la hepatitis en perros son casi siempre específicos: los perros comen menos, son apáticos, a veces tienen poliuria/polidipsia y a veces tienen diarrea. La hepatoencefalopatía y la ascitis solo se presentan con estos síntomas en etapas muy avanzadas de hepatitis crónica. Solo una parte de los perros tienen ictericia. Debido a estos síntomas específicos, el diagnóstico de hepatitis a menudo no se tiene en cuenta, a pesar de que la presencia de una enfermedad hepática se puede detectar fácilmente midiendo las concentraciones plasmáticas de fosfatasa alcalina y ácidos biliares, uno o ambos elevados. El diagnóstico se confirma mediante el examen histológico de una muestra de biopsia hepática. Las formas más comunes de hepatitis son la hepatitis reactiva inespecífica, la hepatitis aguda y la hepatitis crónica. La hepatitis reactiva inespecífica es una reacción frente a la endotoxina como resultado de sepsis o un aumento de la absorción gastrointestinal. El tratamiento se dirige al proceso primario. La leptospirosis también causa hepatitis reactiva inespecífica, pero luego la insuficiencia renal es la característica más prominente. El diagnóstico no se hace sobre la base de una biopsia hepática, sino sobre la base de un aumento de los títulos de IgM contra la Leptospira. El tratamiento inmediato con antibióticos e infusiones a los primeros signos (ictericia y uremia) puede salvar la vida del animal. La hepatitis aguda puede desarrollarse como resultado de una infección, toxinas o hipoxia hepática. No hay un tratamiento específico, pero a menudo se produce una recuperación adecuada con un tratamiento de apoyo. Los corticosteroides están contraindicados. La hepatitis crónica, que puede provocar cirrosis, es la forma más común de hepatitis. Es una reacción inflamatoria autoinmune que generalmente es causada por una infección por virus, pero a veces por intoxicación. El tratamiento prolongado con prednisolona o azatioprina suele tener éxito, pero el reconocimiento temprano de la enfermedad aumenta la probabilidad de éxito. Hoy en día, la hepatitis crónica debido a la acumulación hepática de cobre en los terriers de Beddlington se puede detectar mediante pruebas de ADN. Estas pruebas permiten distinguir entre transportistas y no transportistas. Los animales afectados pueden mantenerse sin síntomas mediante un tratamiento de por vida con gluconato de zinc o penicilamina.
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