La comunicación y su hijo de 1 a 3 meses
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Este es un período emocionante para los padres, porque los bebés de esta edad hacen verdaderos avances en la comunicación. Usted y su bebé disfrutarán de «conversaciones» bidireccionales, donde intercambiarán sonrisas y exclamaciones de asombro y admiración. Y la personalidad de su pequeño se empezará a poner de manifiesto a medida que se vaya convirtiendo en un miembro más activo y más alerta de la familia.
Cómo se comunican los bebés
El llanto sigue siendo el principal medio de comunicación de los bebés durante muchos meses. Aparte de hacer que sus padres sepan que necesitan algo, también pueden llorar cuando se sienten saturados por todas las imágenes y sonidos que les llegan del mundo que los rodea.
A veces los bebés lloran sin un motivo claro. Siempre y cuando su hijo no esté enfermo o no le duela algo, intente no preocuparse demasiado si su bebé llora y usted no lo puede consolar de inmediato.
Su bebé responderá al sonido de su voz, tranquilizándose, sonriendo o activándose emocionado mientras mueve brazos y piernas. Los bebés de esta edad empiezan a sonreír con regularidad a su madre y a su padre, pero pueden necesitar un tiempo para ser simpáticos con personas menos conocidas, como sus abuelos. Lo más probable es que su bebé no sonría ni sea amistoso con los desconocidos.
Ahora, los bebés están descubriendo su capacidad para vocalizar: ¡En poco tiempo, tendrá una máquina de gorjear y de balbucear en casa! Algunos bebés empiezan a emitir algunos sonidos vocálicos (como «ah-ah» u «ooh-ooh») en torno a los 2 meses de edad.
Su bebé «hablará» con usted con una variedad de sonidos, y también le sonreirá y esperará su respuesta, respondiendo a las sonrisas que reciba con más sonrisas. Es posible que su bebé hasta llegue a imitar las expresiones faciales de sus padres.
¿Qué debería hacer?
A su bebé le encanta oír la voz de sus padres, de modo que háblele, balbucéele, cántele y gorjéele durante estos primeros meses. Responda con entusiasmo a los sonidos y sonrisas de su bebé. Explique a su bebé lo que observe o haga y también lo que esté haciendo usted. Nombre objetos familiares cuando los toque o se los dé al bebé.
Aproveche el «habla» especial de su bebé para llevar una «conversación» con él. Si oye que su bebé emite un sonido, repítalo y espere a que le conteste con otro sonido. Estará enseñando a su bebé valiosas lecciones sobre la entonación, las pausas, el ritmo y la alternancia de turnos cuando hablamos.
También le estará enviando el mensaje de que su bebé es lo bastante importante como para que lo escuchen. No lo interrumpa ni mire hacia otro lado cuando le esté «hablando» su bebé: muestre que le interesa y que su pequeño puede confiar en usted.
Los bebés de esta edad parecen responder mejor a las voces femeninas, que tradicionalmente se asociaban al consuelo y al alimento. Por eso, la mayoría de la gente aumenta la frecuencia de su voz y exagera el habla cuando se dirige a un bebé. Está bien porque los estudios indican que el hecho de que los adultos utilicen el «habla infantil» cuando se dirigen a un bebé no retrasa el desarrollo del habla del pequeño, pero combínela con algunas palabras adultas de uso habitual y con una buena entonación.
Aunque pueda parecer que es muy pronto, ya está sentando las bases para la primera palabra de su bebé. A veces, los bebés no están de humor para hablar o vocalizar; hasta un bebé necesita su propio espacio y desconectar de tanto en tanto de toda la estimulación que lo rodea. En estas situaciones, los bebés pueden apartar la vista, cerrar los ojos o ponerse inquietos o irritables. Si le pasa a su bebé, déjelo estar o bien intente abrazarlo.
Habrá momentos en que usted habrá colmado todas las necesidades de su bebé pero, aún y todo, él seguirá llorando. No se desespere. Es posible que su bebé esté sobreestimulado, tenga gases o ventosidades o tenga demasiada energía acumulada en su interior y necesite sacarla con un buen llanto.
Es habitual que los bebés tengan un período de inquietud aproximadamente a la misma hora cada día, generalmente entre el atardecer y la media noche. Aunque todos los bebés lloran y se muestran inquietos, cuando un lactante que parece estar sano llora más de tres horas al día, más de tres días por semana y durante un mínimo de tres semanas, se dice que padece una afección llamada cólico del lactante. Puede ser muy irritante y preocupante para los padres, pero lo bueno es que es de corta duración: la mayoría de los bebés superan los cólicos cuando alcanzan los 3 o 4 meses de edad.
Intente consolar y tranquilizar a su pequeño. Algunos bebés se calman con el movimiento, como que los mezan o que los paseen por la habitación, mientras que otros responden bien a los sonidos, como la música suave o el zumbido de una aspiradora. Puede tardar algún tiempo en averiguar qué es lo que calma más a su bebé durante estos períodos de estrés.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Hable con el médico si su bebé parece llorar durante períodos inusualmente largos de tiempo o si le parece que su llanto suena raro. Él lo tranquilizará o bien buscará un motivo médico del malestar de su bebé. Es probable que no haya nada malo, y el hecho de saberlo lo ayudará a relajarse y a mantener la calma cuando su bebé esté inquieto.
Durante esta etapa, los bebés suelen alcanzar los siguientes hitos evolutivos en lo relativo a la comunicación:
- prestar atención a las caras y a las cosas que los rodean
- sonreír a la voz de sus padres
- sonreír ante el contacto social
- gorjear y emitir sonidos cuando se les habla
- imitar algunos sonidos y algunas expresiones faciales
Tenga presente que los bebés se comunican siguiendo ritmos diferentes, del mismo modo que maduran físicamente siguiendo su propio ritmo. No suele haber motivos para preocuparse, pero hable con el médico si tiene alguna duda o hay algo que le preocupa sobre las habilidades lingüísticas o la audición de su bebé.
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