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El virus de inmunodeficiencia simio (VSI) del chimpancé común es ampliamente reconocido como el antepasado directo del VIH-1. Hay cada vez más evidencia histórica de que a finales de la década de 1950, científicos que colaboraban con la investigación de la vacuna contra la poliomielitis de la Dra. Hilary Koprowski extirparon rutinariamente los riñones de los chimpancés centroafricanos y los enviaron, entre otras cosas, a laboratorios de fabricación de vacunas en los Estados Unidos y África, y a destinos no especificados en Bélgica. Si bien no hay evidencia directa de que las células de estos riñones se hayan utilizado como sustrato para el cultivo de las vacunas orales contra la poliomielitis del Dr. Koprowski, hay una sorprendente coincidencia entre los lugares de África donde se alimentó su vacuna CHAT y las primeras apariciones en el mundo del VIH-1 grupo M y el SIDA relacionado con el grupo M. Debido a las enormes implicaciones de la hipótesis de que el SIDA puede ser una enfermedad iatrogénica no intencionada (causada por médicos), es casi inevitable que esta teoría genere una acalorada oposición de muchos de los miembros del establishment científico y de aquellos con intereses creados.