Profilaxis antibiótica en cirrosis: Buena y mala
Los pacientes con cirrosis, en particular aquellos con cirrosis descompensada, tienen un mayor riesgo de infecciones bacterianas que pueden precipitar aún más otras descompensaciones hepáticas, incluida la insuficiencia hepática aguda sobre crónica. Las infecciones constituyen la principal causa de muerte en pacientes con cirrosis avanzada, y las estrategias para prevenirlas son esenciales. La principal estrategia actual es el uso de antibióticos profilácticos dirigidos a subpoblaciones específicas con alto riesgo de infección: episodio previo de peritonitis bacteriana espontánea, sangrado gastrointestinal superior y ascitis baja en proteínas con una mala función hepática asociada. La profilaxis antibiótica previene eficazmente no solo el desarrollo de infecciones bacterianas en todas estas indicaciones, sino también una mayor descompensación (sangrado variceal, síndrome hepatorrenal) y mejora la supervivencia. Sin embargo, la profilaxis antibiótica también se asocia con un inconveniente clínicamente relevante y creciente, el desarrollo de infecciones debidas a organismos multirresistentes. Se han sugerido varias estrategias para equilibrar los riesgos y los beneficios de la profilaxis antibiótica. Conclusión: Los principios de administración de antibióticos, como la restricción de la profilaxis antibiótica a subpoblaciones con un riesgo muy alto de infección, la prevención del uso excesivo de antibióticos y las políticas de desescalación temprana, son clave para lograr este equilibrio; las medidas profilácticas no antibióticas, como probióticos, procinéticos, ácidos biliares, estatinas y factores de crecimiento hematopoyéticos, también podrían contribuir a mejorar el desarrollo y la propagación de bacterias multirresistentes en cirrosis. (Hepatología 2016; 63:2019-2031)
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