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¿Qué síntomas avisan de un cáncer linfático?

El cáncer linfático es un tipo de tumor que se origina en los linfocitos, que son las células defensivas del sistema inmunitario que forman el tejido linfoide, y que tienen tendencia a invadir, además de los órganos linfoides (ganglio y bazo), la médula ósea y la sangre periférica. La actriz Rosa María Sardá ha fallecido a los 78 años a causa de un cáncer linfático.

Según Carmen García Insausti, directora médica de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, «de forma general hay dos grandes grupos: las leucemias que afectan predominantemente la médula ósea y a la sangre; y los linfomas que afectan fundamentalmente a los ganglios. A partir de allí hay subtipos de acuerdo al tipo de linfocito implicado en el proceso (linfocito B, T, etc.)”.

Cada año se producen unos 10.000 casos de linfomas y unos 6.000 de leucemias, según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) y se estima que en España podría haber entre 23.000 y 16.000 pacientes con linfoma y leucemia respectivamente.

¿Cuáles son los tipos de cáncer linfático?

Los linfomas agresivos se engloban dentro de la categoría de linfomas no Hodgkin, que deben ser tratados con rapidez. El linfoma no Hodgkin engloba más de 50 tipos diferentes. El 30-40% de los casos son tipo linfoma B difuso de células grandes, que suele afectar a pacientes en torno a los 60 años, con frecuencia en un estadio avanzado y a veces con afectación extraganglionar. En este grupo también se encuentran los linfomas de células T periféricas, mucho menos frecuentes (menos del 10% de todos los linfomas no Hodgkin). Más del 60% de los pacientes con linfoma se curan.

En cuanto a las leucemias, existen a grandes rasgos cuatro tipos. La leucemia águda linfoblástica, más frecuente en niños, con un porcentaje de curación cercano al 90%, algo que no ocurre de igual manera en adultos; la leucemia mieloblástica aguda, que supone el 40% de todas las leucemias en el mundo occidental, la leucemia linfocítica crónica, que representa el 30% de estos cánceres, mientras que el 20% son leucemias mieloides crónicas, donde se ha llegado a controlar la enfermedad en cerca del 95% de los pacientes.

En 2020 se estima, según el informe de Las Cifras de Cáncer en España 2020, de la Sociedad Española de Oncología Médica, que se producirán 1.506 casos de Linfoma de Hodgkin, 9.188 linfomas no hodgkinianos y 6.242 leucemias.

Síntomas más comunes

El principal síntoma asociado a los linfomas es el crecimiento de uno o más ganglios (algo que se conoce como adenopatía), pero también hay otros menos específicos como:

  • Cansancio.
  • Fiebre de predominio vespertino.
  • Perdida de peso de origen desconocido.
  • Sudoración nocturna profusa
  • Picor y manchas en la piel.

Medidas de prevención

Según García Insausti, «hasta ahora no se conoce ninguna medida preventiva”, más allá de las habituales recomendaciones de vida saludable que sirven para la prevención de cualquier tipo de cáncer:

  • No fumar.
  • No beber alcohol.
  • Llevar una dieta sana.
  • Practicar ejercicio físico.
  • Mantener a raya la hipertensión, el colesterol, la obesidad y otros factores de enfermedad cardiovascular.

Diagnóstico precoz

Como en cualquier otra enfermedad, detectar de forma temprana la aparición del cáncer linfático es esencial para su tratamiento. En este caso, «en la mayoría de los casos el tratamiento se ajusta al estadio clínico (grado) de la enfermedad. Este será más intensivo cuanto más avanzada esté la enfermedad. Además, la supervivencia también se relaciona con el estadio clínico y será mayor cuanto menos avanzada esté la enfermedad”.

Para ello, el papel del médico de familia es clave cuando se le consulta con alguno de los síntomas más habituales de la enfermedad. Desde la SEHH se recomienda tras una análitica realizar un diagnóstico ágil «cuando hay leucocitosis marcada (el número de leucocitos en sangre circulante es muy superior al normal) sin causa evidente; cuando hay citopenia marcada (el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas es muy inferior al normal); y cuando hay adenopatía (aumento de tamaño de los ganglios linfáticos) rápidamente progresiva”.