Cómo Hacer un Capuchino
Comience texturizando la leche.
Como regla general, le sugerimos que solo llene 1/3 de la jarra de leche.
Esto se debe a que debe haber suficiente leche presente para poder instigar el movimiento de espuma correcto, pero, por otro lado, demasiado y es probable que el contenido se desborde una vez que la leche comience a expandirse.
Haga una purga rápida de la varita de vapor, coloque la punta justo debajo de la superficie de la leche y luego encienda el brazo de vapor.
Se debe notar un ruido de succión y «chirrido» a medida que el aire caliente se introduce en la leche.
Consejo superior: La práctica hace la perfección
A medida que la leche comienza a calentarse, baje gradualmente la varita y colóquela de manera que esté cerca del lado de la jarra. Este movimiento sutil comenzará a girar la leche, estratificándola en el proceso.
Apague el brazo de vapor antes de que la leche se caliente demasiado y comience a estropearse, purgue el brazo y coloque la leche a un lado, dando un toque suave a la base de la jarra para eliminar cualquier burbuja grande.
Ahora es el momento de dirigir su atención al espresso. Mientras se vierte el espresso, revuelva ligeramente la leche para forzar un poco de líquido alrededor.
Esto se hace porque queremos que la leche resultante se compacte firmemente con un acabado suave y brillante.
Para obtener la espuma para el capuchino, dale a la jarra de leche un giro rápido final antes de verterla desde una altura baja hasta la taza con un ligero movimiento. A medida que la espuma comienza a formarse, mueva la jarra un poco más arriba y comience a verter a través de ella.
Y ahí está su capuchino!
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