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Ácido araquidónico: Funciones fisiológicas y posibles beneficios para la salud – Una revisión

Es hora de cambiar el paradigma del ácido araquidónico (ARA) de una molécula generadora de daños a su estado de ácido graso poliinsaturado esencial para la salud normal. ARA es un constituyente integral de la membrana celular biológica, confiriéndole fluidez y flexibilidad, tan necesaria para la función de todas las células, especialmente en el sistema nervioso, el músculo esquelético y el sistema inmunológico. El ácido araquidónico se obtiene de los alimentos o por desaturación y elongación de la cadena del ácido graso esencial rico en plantas, el ácido linoleico. El ARA libre modula la función de los canales iónicos, varios receptores y enzimas, a través de la activación y la inhibición. Esto explica su papel fundamental en el correcto funcionamiento del cerebro y los músculos y su potencial protector contra la infección por Schistosoma mansoni y S. haematobium y el inicio, desarrollo y metástasis del tumor. El ácido araquidónico en las membranas celulares sufre ciclos de reacilación/desacilación, que mantienen la concentración de ARA libre en las células a un nivel muy bajo y limitan la disponibilidad de ARA a la oxidación. Los metabolitos derivados de la oxidación de ARA no inician, sino que contribuyen a la inflamación y, lo que es más importante, conducen a la generación de mediadores responsables de resolver la inflamación y la cicatrización de heridas. Los endocannabinoides son derivados ARA independientes de la oxidación, de importancia crítica para la señalización de recompensas cerebrales, los procesos motivacionales, las emociones, las respuestas al estrés, el dolor y el equilibrio energético. Los ARA y metabolitos libres promueven y modulan las respuestas inmunitarias de tipo 2, que son de importancia crítica en la resistencia a parásitos y alérgenos, directamente a través de la acción sobre eosinófilos, basófilos y mastocitos e indirectamente mediante la unión a receptores específicos en células linfoides innatas. En conclusión, la presente revisión aboga por los innumerables roles de ARA y la considerable importancia para la salud normal.